Por Carlos Mendoza, Escritor de Viajes y Fotógrafo
¡Bienvenido al templo del arte español! Tras siete visitas exhaustivas documentando cada rincón del Prado para diferentes publicaciones de viaje, he perfeccionado mi ruta estratégica para ayudarte a navegar esta abrumadora colección de obras maestras sin perderte en el intento. Con más de 8,000 pinturas y 700 salas, el Prado puede ser intimidante, pero voy a compartir contigo mi plan de ataque para que aproveches al máximo tu visita, independientemente de si dispones de dos horas o un día completo.
Esta guía está diseñada tanto para entusiastas del arte como para viajeros que simplemente quieren asegurarse de ver "lo importante" sin sentirse abrumados. Te llevaré directamente a las joyas imprescindibles del museo, compartiendo consejos específicos para fotografiar (donde está permitido) y apreciar estos tesoros artísticos como nunca antes.
"El Prado no es solo un museo; es una máquina del tiempo que te permite viajar desde el gótico español hasta la era napoleónica a través de los ojos de algunos de los pintores más geniales de la historia. La clave está en saber exactamente dónde mirar." — Esta ha sido mi filosofía durante años documentando museos alrededor del mundo.
Mi primer consejo es contundente: NUNCA visites el Prado los lunes o los fines de semana por la tarde, a menos que disfrutes haciendo cola y viendo nucas en lugar de cuadros. El museo está notablemente menos concurrido:
Hack de fotógrafo: La luz natural que entra por las claraboyas de las salas principales es especialmente fotogénica entre las 12:00-14:00 durante los meses de invierno, creando un efecto casi cinematográfico sobre los cuadros de gran formato.
El Prado ofrece entrada gratuita diariamente durante las dos últimas horas de apertura, pero la cola puede consumir buena parte de ese tiempo. Mi recomendación:
Consejo ninja: Existe una entrada poco conocida en la Puerta de Murillo (lado este del edificio) que suele tener mucha menos cola que la entrada principal, incluso en temporada alta.
Las Meninas (Sala 12) constituye, sin exagerar, una de las pinturas más revolucionarias y complejas de la historia del arte occidental. Este lienzo de 1656 no es solo un retrato de la infanta Margarita y su séquito, sino un fascinante juego de espejos sobre la naturaleza de la representación.
Lo que muchos visitantes no notan es el intrincado juego de perspectivas: Velázquez se retrata a sí mismo pintando un lienzo que no vemos, mientras que el espejo al fondo refleja a los reyes Felipe IV e Isabel de Borbón, posiblemente los verdaderos sujetos de la obra que el artista está creando. Este juego meta-pictórico convierte al espectador en parte activa del cuadro, ubicándonos precisamente en la posición de los monarcas.
Consejo fotográfico: Para capturar Las Meninas evitando reflejos, posiciónate ligeramente en diagonal (aproximadamente 30°) respecto al cuadro. Utiliza una apertura media (f/5.6-f/8) para mantener un buen equilibrio entre nitidez y profundidad.
Otras obras imprescindibles de Velázquez:
Francisco de Goya representa como ningún otro artista la transición desde la Ilustración hasta el mundo moderno, y sus diferentes etapas se despliegan magistralmente en el Prado.
La familia de Carlos IV (Sala 34) ofrece un contraste fascinante con Las Meninas: mientras Velázquez idealiza sutilmente a la familia real, Goya opta por un retrato despiadadamente realista que algunos han interpretado como una crítica velada a la monarquía. La técnica es extraordinaria: observa cómo Goya capta la textura de las sedas, los brocados y las condecoraciones con pinceladas sueltas que anticipan el impresionismo.
Las Pinturas Negras (Salas 67-68) representan el Goya más oscuro y personal. Originalmente pintadas directamente sobre las paredes de su casa (la Quinta del Sordo), estas inquietantes obras fueron transferidas a lienzo en el siglo XIX. "Saturno devorando a su hijo" es quizás la más impactante, pero "El aquelarre" y "La romería de San Isidro" son igualmente sobrecogedoras.
Truco de iluminación: Las Pinturas Negras están especialmente bien iluminadas después de las 18:00, cuando la luz natural disminuye y la iluminación artificial crea un contraste dramático que potencia su atmósfera tenebrosa.
No te pierdas "Los fusilamientos del 3 de mayo" (Sala 64), probablemente la primera pintura política moderna y una influencia directa en obras posteriores como el "Guernica" de Picasso. La composición dramática, con el hombre de camisa blanca con los brazos en alto como figura central, revolucionó la representación de la violencia en el arte.
"El jardín de las delicias" (Sala 56A) es, sin duda, una de las obras más enigmáticas y fascinantes del museo. Este tríptico pintado alrededor de 1500 representa, supuestamente, la creación del mundo, un paraíso terrenal lleno de placeres carnales y un infierno de castigos grotescos.
Lo que hace extraordinaria esta obra es su modernidad conceptual: 400 años antes del surrealismo, El Bosco ya creaba imágenes oníricas y simbólicas que desafían cualquier interpretación simple. Los detalles son inagotables: podrías pasar horas descubriendo nuevos elementos en esta complejísima composición.
Hack de observación: Busca un banco frente al cuadro y tómate al menos 20 minutos para apreciarlo, utilizando binoculares o el zoom de tu cámara para explorar los detalles. Algunos de mis favoritos son el hombre con flores saliendo de su trasero, el grupo de personas dentro de una fresa gigante y los instrumentos musicales de tortura en el panel del infierno.
El Prado no es solo un museo de arte español; alberga colecciones extraordinarias de pintura italiana y flamenca, incluyendo:
Fra Angelico: "La Anunciación" (Sala 56B) es un ejemplo perfecto de la transición entre el gótico tardío y el primer Renacimiento, con su combinación de fondos dorados y perspectiva arquitectónica.
Tiziano: No te pierdas "Carlos V en la Batalla de Mühlberg" (Sala 27), un retrato ecuestre majestuoso que redefine la representación del poder imperial, ni "La bacanal de los andrios" (Sala 41), ejemplo sublime de su tratamiento mitológico.
Rubens: Las enormes escenas mitológicas y sus copias de Tiziano (Salas 16-17) muestran su extraordinario dominio técnico y exuberancia compositiva. "Las tres Gracias" (Sala 29) es particularmente notable por su sensualidad y luminosidad.
Roger van der Weyden: "El Descendimiento" (Sala 58) es una obra maestra del realismo flamenco, con un tratamiento emocional y técnico que revolucionó la pintura religiosa del siglo XV.
Estas obras no suelen estar en las listas típicas de "imprescindibles", pero son auténticas joyas que reflejan la extraordinaria riqueza del museo:
Luis Meléndez y sus bodegones (Sala 89): Posiblemente los bodegones más perfectos técnicamente jamás pintados, con un dominio asombroso de la luz y las texturas. La "Naturaleza muerta con naranjas, sandía y cajas de dulces" es especialmente notable.
Clara Peeters (Sala 83): Una de las pocas mujeres pintoras representadas en el Prado, sus naturalezas muertas del siglo XVII incluyen fascinantes autorretratos en miniatura reflejados en copas y superficies metálicas.
Las tablas de Pedro Berruguete (Sala 52B): Su "Auto de fe" ofrece una inquietante representación de las prácticas inquisitoriales, con un realismo casi documental.
Consejo de iluminación: Las salas de pintura flamenca y primitiva (50-58) tienen niveles de luz controlados para preservar las obras. Fotográficamente, esto significa que necesitarás ajustar tu ISO (800-1600) y estabilizar bien tu cámara o utilizar un soporte discreto.
Si dispones de tiempo limitado, esta ruta te llevará eficientemente por las obras más emblemáticas del museo:
Planta 1:
Planta 0: 6. El jardín de las delicias (El Bosco) - Sala 56A 7. El Descendimiento (Van der Weyden) - Sala 58 8. El caballero de la mano en el pecho (El Greco) - Sala 8A 9. Las tres Gracias (Rubens) - Sala 29 10. Carlos V en la Batalla de Mühlberg (Tiziano) - Sala 27
Itinerario optimizado: Comienza por la Puerta de Goya (entrada principal), sube inmediatamente a la primera planta para las obras de Velázquez y Goya, luego desciende para completar el recorrido en la planta baja. Este camino minimiza desplazamientos innecesarios.
Con 3-4 horas disponibles, puedes complementar las obras maestras con salas temáticas fascinantes:
Si tienes intereses particulares, estas rutas temáticas ofrecen experiencias más personalizadas:
Ruta mitológica: Céntrate en las representaciones de la mitología clásica con Tiziano (Salas 41-43), Rubens (Salas 16-17) y Velázquez (La fábula de Aracne, Mercurio y Argos)
Historia de España en imágenes: Desde las escenas ceremoniales de Velázquez hasta los acontecimientos históricos de Goya, pasando por los grandes retratos reales
La moda a través de los siglos: Los retratos del Prado ofrecen un extraordinario recorrido por la evolución de la indumentaria desde el siglo XV al XIX
El Prado permite fotografía sin flash para uso personal en la mayoría de sus salas (algunas obras específicas pueden tener restricciones). Mi configuración ideal para este entorno:
Para enriquecer tu visita, considera estas opciones:
No subestimes la fatiga museística. Planifica descansos para procesar lo que has visto:
Para contextualizar tu visita al Prado dentro de tu experiencia madrileña, combina tu visita con:
Tras la inmersión artística, nada mejor que experimentar la gastronomía a través de la ruta de tapas por Madrid propuesta por Elena Torres, permitiendo que el paladar disfrute tanto como lo han hecho los ojos.
El Museo del Prado representa mucho más que una colección de pinturas; es un viaje a través de la sensibilidad española y europea, una ventana privilegiada a cómo diferentes sociedades y artistas interpretaron su mundo. Con esta guía, espero haberte dado las herramientas para navegar este océano artístico y conectar personalmente con obras que han definido nuestra comprensión de la belleza, la historia y la condición humana durante siglos. ¡Buen viaje visual!