Por Carlos Mendoza, Escritor de Viajes y Fotógrafo
¡Bienvenidos a uno de los reinos montañosos más espectaculares de Europa! Tras cuatro visitas fotografiando las Dolomitas en todas las estaciones (sí, incluso en pleno invierno cuando los valles desaparecen bajo mantos de nieve intacta), he perfeccionado este recorrido para revelarte los secretos que hacen de este Patrimonio de la Humanidad una experiencia transformadora para cualquier amante de la naturaleza, la fotografía y las aventuras al aire libre.
Este macizo que se extiende por el noreste de Italia no es simplemente un paisaje montañoso más, sino un universo vertical de agujas rocosas, praderas alpinas y lagos color turquesa que parece sacado de un cuento de hadas. Prepara tu cámara, tus botas de trekking y tu sentido de asombro; vamos a descubrir juntos las maravillas naturales que he documentado en esta región única.
"Las Dolomitas no se revelan al viajero casual que solo se detiene para la típica foto. Sus secretos pertenecen a quienes están dispuestos a madrugar para ver cómo el primer rayo de sol transforma la roca pálida en oro fundido, o a quienes no temen apartarse de las rutas más transitadas para encontrar perspectivas que pocos han contemplado." — Reflexión en mi diario fotográfico durante mi expedición de 2024
Las Dolomitas deben su nombre al mineral dolomita, que les confiere ese característico color pálido que contrasta dramáticamente con el verde intenso de los prados y el azul del cielo alpino. Pero lo verdaderamente fascinante es su origen: estos colosos de piedra que hoy se elevan hasta 3,000 metros sobre el nivel del mar fueron una vez arrecifes de coral en un antiguo mar tropical.
Durante mi última expedición fotográfica, tuve la oportunidad de acompañar a un geólogo local que me mostró fósiles marinos incrustados en la roca a más de 2,500 metros de altitud. Esta realidad geológica resulta casi poética: lo que hoy son montañas que desafían las nubes, fueron una vez criaturas marinas en las profundidades de un océano prehistórico.
Truco fotográfico: Para capturar la textura única de la roca dolomítica, busca el momento en que el sol rasante (temprano por la mañana o al atardecer) crea sombras dramáticas en las paredes verticales. Un polarizador circular intensificará los contrastes entre la roca pálida y el cielo azul, revelando detalles que pasan desapercibidos bajo luz plana.
Entre los innumerables picos que conforman este sistema montañoso, algunos se han convertido en iconos reconocibles instantáneamente:
Tre Cime di Lavaredo: Probablemente la imagen más reproducida de las Dolomitas, estas tres agujas monolíticas crean una silueta inconfundible contra el horizonte. He fotografiado las Tre Cime decenas de veces y nunca lucen iguales: la luz cambiante, las condiciones atmosféricas y las distintas estaciones transforman completamente su apariencia.
El consejo del insider: Para evitar las multitudes que se congregan en el mirador clásico, toma el sendero que rodea las tres torres en sentido antihorario. Aproximadamente 20 minutos después del refugio Auronzo encontrarás un promontorio rocoso que ofrece una perspectiva única con el lago Misurina al fondo.
Marmolada: Conocida como "La Reina de las Dolomitas", alberga el último glaciar significativo de la región, que lamentablemente está retrocediendo a un ritmo alarmante debido al cambio climático. Durante mi visita en 2024, pude comparar fotografías tomadas por mí mismo en 2018 con la extensión actual del hielo, documentando una pérdida sustancial en apenas 6 años.
Dato científico crucial: Los glaciólogos estiman que el glaciar Marmolada podría desaparecer completamente en las próximas tres décadas si las tendencias actuales continúan. ¡No demores tu visita si quieres contemplar este gigante helado antes de su posible extinción!
Contrariamente a lo que podrían sugerir sus imponentes siluetas, las Dolomitas ofrecen numerosas rutas perfectamente accesibles para caminantes ocasionales:
Lago di Braies: Este lago de montaña con sus aguas color esmeralda enmarcadas por paredes verticales se ha convertido en un fenómeno de Instagram, pero merece completamente su fama. La ruta que lo circunda (aproximadamente 1 hora) es prácticamente plana y ofrece perspectivas constantemente cambiantes del entorno.
Truco para evitar masificación: Llega antes de las 7:00 AM o después de las 5:00 PM para fotografiar el lago sin las multitudes que lo visitan durante el día. En las primeras horas, con frecuencia presenciarás una niebla baja que crea atmósferas oníricas sobre el agua.
Seceda: Accesible mediante teleférico desde Ortisei, esta cresta montañosa ofrece algunas de las vistas panorámicas más espectaculares con un esfuerzo mínimo. Las formaciones puntiagudas que emergen de los prados verdes crean un paisaje casi alienígena.
Experiencia recomendada: Si las condiciones lo permiten, programa tu visita para contemplar el amanecer desde Seceda. El primer teleférico suele salir lo suficientemente temprano durante alta temporada, y ver cómo la luz dorada ilumina progresivamente los picos mientras las sombras retroceden en los valles es una experiencia casi espiritual.
Para quienes buscan una inmersión completa en el universo dolomítico, las "Alte Vie" (Altas Rutas) representan la experiencia definitiva. Estos senderos de largo recorrido atraviesan lo mejor de las Dolomitas, conectando refugios de montaña donde los excursionistas pueden pernoctar.
La Alta Via 1 es probablemente la más accesible y popular, recorriendo aproximadamente 150 km desde Lago di Braies hasta Belluno. Durante mi travesía completa en 2023, completé esta ruta en 10 días, aunque puede adaptarse a diferentes ritmos y condiciones físicas.
Detalles logísticos imprescindibles:
Experiencia trascendental: La noche que pasé en el refugio Lagazuoi (2,752m) me regaló uno de los cielos estrellados más impresionantes que he fotografiado jamás. La altitud, la mínima contaminación lumínica y el aire cristalino crearon condiciones perfectas para astrofotografía, con la Vía Láctea extendiéndose dramáticamente sobre los picos iluminados por la luna.
Entre junio y septiembre, los valles dolomíticos explotan en una sinfonía cromática de flora alpina. Los prados se transforman en tapices multicolores salpicados de edelweiss, gencianas y otras flores endémicas.
Esta es la temporada ideal para:
Hack fotográfico: Para capturar la extraordinaria biodiversidad floral, lleva un objetivo macro y un difusor plegable. Las flores alpinas son pequeñas pero increíblemente detalladas, y la luz directa de la montaña puede crear sombras duras. Un difusor simple suaviza la iluminación, revelando los delicados detalles y colores.
Septiembre y octubre traen una transformación cromática espectacular cuando los bosques de alerces (únicos coníferos que pierden sus hojas) se tornan dorados antes de desnudarse para el invierno.
El valle de Funes ofrece quizás el escenario otoñal más fotogénico, con la iglesia de Santa Magdalena enmarcada por picos dramáticos y laricetos dorados. Durante mi última visita otoñal, experimenté con fotografía de larga exposición, utilizando un filtro ND para suavizar el movimiento de las nubes que fluían entre los picos, creando un efecto dinámico sobre el paisaje estático.
Ventajas adicionales del otoño:
Entre diciembre y marzo, las Dolomitas se transforman en un paisaje onírico donde las formas geológicas se suavizan bajo gruesas capas de nieve. Mi expedición invernal de 2024 me permitió experimentar esta faceta completamente diferente de las montañas.
Además del esquí (con algunas de las mejores pistas de Europa), el invierno ofrece oportunidades excepcionales para:
Fotografía de paisaje minimalista: Las líneas limpias y las formas simplificadas de los picos nevados contra cielos despejados crean composiciones de una pureza casi abstracta. Un teleobjetivo (70-200mm o mayor) es esencial para aislar elementos específicos del paisaje.
Raquetas de nieve: Muchos senderos de verano se transforman en rutas para raquetas de nieve, permitiendo acceder a lugares remotos en condiciones invernales. La sensación de soledad absoluta al caminar sobre nieve virgen, escuchando únicamente el crujido bajo tus pies, es indescriptible.
Experiencia única: El "Enrosadira" o "Alpenglow", fenómeno donde las montañas se tiñen de rosa al amanecer y atardecer, alcanza su máxima intensidad en invierno debido a la calidad especial de la luz y el contraste con la nieve. Presenciar este espectáculo natural desde lugares como el mirador de Sass Pordoi es una experiencia casi mística.
Tras múltiples visitas explorando diferentes zonas, he identificado las bases más estratégicas para maximizar tu experiencia:
Cortina d'Ampezzo: Base ideal para explorar la zona oriental, incluyendo Tre Cime, Lago di Sorapis y Cinque Torri. Ofrece desde alojamientos de lujo hasta opciones más económicas y excelentes conexiones de transporte.
Val Gardena (Ortisei/Selva): Perfecta para acceder a Seceda, Alpe di Siusi y Sassolungo. Su sistema de teleféricos facilita enormemente el acceso a puntos panorámicos espectaculares incluso para quienes no desean realizar largas caminatas.
San Martino di Castrozza: Menos conocida internacionalmente pero estratégicamente ubicada para explorar el grupo de las Pale di San Martino, con algunas de las formaciones rocosas más dramáticas de todas las Dolomitas.
Hack de alojamiento: Los "rifugios" o refugios de montaña no son solo para montañeros experimentados. Muchos ofrecen habitaciones privadas con estándares sorprendentemente confortables y la ventaja incomparable de despertarte ya en la montaña, listo para capturar la primera luz sin desplazamientos previos.
Como fotógrafo que ha documentado extensivamente esta región, mi lista de equipo optimizada incluye:
Fotografía:
Senderismo:
Tecnología auxiliar:
Las Dolomitas enfrentan dos amenazas principales que he documentado a lo largo de mis visitas:
Retroceso glaciar: Las masas de hielo están desapareciendo a un ritmo alarmante. El glaciar Marmolada perdió más del 30% de su volumen en la última década, culminando en el trágico colapso parcial de 2022 que costó varias vidas.
Sobreturismo estacional: Ciertos puntos icónicos como Lago di Braies, Tre Cime y Lago di Sorapis sufren una presión turística insostenible durante los meses pico, creando problemas de erosión, contaminación y pérdida de biodiversidad.
Como visitantes conscientes, podemos contribuir a la preservación de este patrimonio natural:
Experiencia regenerativa: Durante mi última visita, participé en una jornada de reforestación organizada por el Parque Natural. Plantar árboles jóvenes de especies autóctonas en zonas afectadas por tormentas extremas (cada vez más frecuentes debido al cambio climático) fue una forma tangible de devolver algo a un lugar que me ha dado tantas fotografías y experiencias extraordinarias.
Las Dolomitas representan mucho más que un simple destino fotogénico para Instagram. Son un libro geológico abierto que narra millones de años de historia planetaria, un ecosistema frágil que alberga especies únicas, y un paisaje cultural donde tradiciones alpinas centenarias siguen vivas en comunidades ladinas, germánicas e italianas que han aprendido a coexistir con la montaña.
Mi consejo, después de años fotografiando este paraíso vertical, es darle tiempo. No intentes "completar" las Dolomitas en una sola visita apresurada. Permítete el lujo de quedarte inmóvil frente a un paisaje el tiempo suficiente para que revele sus sutilezas, espera pacientemente a que la luz moldee las formas de manera perfecta, y sobre todo, no veas la montaña únicamente a través de tu visor.
Como me dijo una vez un guía local de edad avanzada mientras yo ajustaba frenéticamente mi trípode para una toma: "La montaña estará aquí mucho después de que nosotros nos hayamos ido. Tómate un momento para sentirla, no solo para fotografiarla."
Espero que este recorrido visual e informativo despierte tu curiosidad por explorar uno de los paisajes más extraordinarios de nuestro planeta. Las Dolomitas te esperan, con su luz mágica y sus picos que parecen tallados por gigantes para asombrarnos y recordarnos nuestra pequeñez ante la grandeza de la naturaleza.