Por Paola Rivas, Creadora de Contenido & Amante del Lifestyle
¡Hola foodies viajeros! 🍜✨ ¿Quién más ha soñado con perderse entre los callejones de Tokio solo para descubrir ese restaurante minúsculo que hace el mejor ramen del planeta? ¡YO! Y después de dos semanas devorando literalmente TODO lo que Tokio tiene para ofrecer (y subiendo como 3 kilos que VALIERON CADA GRAMO), vengo a contarles que la gastronomía de esta ciudad es MUCHÍSIMO más que sushi.
Prepárense para un viaje gastronómico donde les revelaré esos spots que NO aparecen en las guías tradicionales, los hacks para no morir intentando pedir comida en japonés, y todos los platos que necesitan probar antes de dejar esta ciudad que es básicamente el PARAÍSO para cualquier persona obsesionada con la comida. ¡Vamos a ello!
Ok, empecemos con una confesión: llegué a Tokio pensando que comería sushi TODOS LOS DÍAS. Primera sorpresa: ¡los japoneses no comen sushi tan frecuentemente como pensamos! Es más como una ocasión especial o un gusto que te das de vez en cuando. Segunda sorpresa: el mejor sushi definitivamente NO está donde se amontonan los turistas.
Mi experiencia más auténtica la viví en Sushi Dai, en el nuevo mercado de Toyosu (que reemplazó al famoso Tsukiji). Llegué a las 4:30 AM (SÍ, LEÍSTE BIEN) para hacer fila, porque este lugar no acepta reservas y se llena INMEDIATAMENTE. ¿Valió la pena? ¡CADA MINUTO! El omakase (menú degustación elegido por el chef) costó unos 5,500 yenes ($40 USD) que es NADA comparado con lugares turísticos donde pagas el triple.
El momento viral: Cuando el chef me dio el uni (erizo de mar) y casi lloré de lo bueno que estaba. Mi video probándolo consiguió más de 30K views porque mi cara de sorpresa fue ÉPICA. No sabía que algo podía saber tan intensamente a océano sin ser literalmente agua de mar
Pro tip: Si no puedes madrugar tanto, prueba Hinatomaru (cadena local con varias ubicaciones). Los japoneses de oficina hacen fila aquí en su hora de almuerzo, señal INFALIBLE de buena relación calidad-precio. Su sushi de atún graso (otoro) me hizo cuestionar todo lo que creía saber sobre el pescado.
Olvídense de esas sopas instantáneas que comemos en época de exámenes. El auténtico ramen japonés es una OBRA DE ARTE que requiere horas de preparación y técnicas que se perfeccionan durante décadas.
Mi favorito ABSOLUTO fue Fuunji en Shinjuku. Este lugar microscópico (literal, caben como 10 personas) sirve tsukemen, que es ramen donde mojas los fideos en una salsa espesa ADICTIVA. El proceso para pedir es intimidante: haces fila, compras en una máquina de tickets, entregas el ticket al chef... ¡pero la recompensa!
Cuando probé su tsukemen con extra de huevo ajitama, tuve que sentarme un momento en silencio después de terminar. La profundidad de sabores en ese caldo es INDESCRIPTIBLE. El chef Miyake-san pasa 10 HORAS diarias preparando el caldo con huesos de pollo y pescado seco.
Momento de pánico: La máquina expendedora estaba SOLO EN JAPONÉS y casi ordeno algo random, pero una señora local superamable me ayudó. Los japoneses son así, tímidos pero extremadamente serviciales cuando ven que necesitas ayuda.
Los otros imperdibles del ramen:
Hack para principiantes: ¡NO TE AVERGÜENCES por hacer ruido al sorber los fideos! De hecho, es un CUMPLIDO para el chef. Mi primer día estaba comiendo toda propiamente hasta que noté que TODOS alrededor hacían ruido. ¡Es parte de la experiencia!
El street food japonés es una LOCURA total y estos dos platos son mis absolutos favoritos:
Imaginen: bolitas de masa con trocitos de pulpo adentro, cubiertas con salsa dulce, mayonesa japonesa, algas y virutas de bonito que SE MUEVEN por el calor (casi me da un infarto la primera vez que lo vi, parecen vivas 😱).
Ameyayokocho Market en Ueno tiene puestos INCREÍBLES de takoyaki donde puedes ver todo el proceso. Verlos girar cada bolita con palillos especiales mientras charlan y bromean con los clientes es hipnótico. Pagué 600 yenes ($4.50) por 8 piezas y las devoré parada en medio de la calle - la mejor decisión ever.
La trampa turística: En Asakusa hay puestos que cobran EL DOBLE. Siempre busca dónde están comiendo los locales, ¡ellos NUNCA pagan precios inflados!
Esto es DIFÍCIL de describir pero intentaré: una especie de tortita/panqueque GIGANTE con col, carne o mariscos, cubierta con los mismos aderezos del takoyaki. "Okonomi" significa "lo que te gusta" y "yaki" es "a la plancha" - literalmente puedes personalizarlo con tus ingredientes favoritos.
Sometaro en Asakusa es una INSTITUCIÓN. Te sientas en tatamis tradicionales frente a planchas teppan y ¡COCINAS TU PROPIO OKONOMIYAKI! La primera vez fracasé ESPECTACULARMENTE (mi video intentando darle la vuelta consiguió miles de comentarios de risa) hasta que una abuelita japonesa en la mesa de al lado básicamente me lo hizo ella.
Consejo personal: El okonomiyaki estilo Hiroshima (con fideos dentro) es MI FAVORITO. Tiene más textura y ese contraste entre los fideos y la masa es simplemente chef's kiss.
Las izakayas son básicamente bares tradicionales con comida, el lugar donde los japoneses van después del trabajo para relajarse. AQUÍ es donde ves el Tokio auténtico, lejos de los circuitos turísticos.
Shinsuke cerca de la Universidad de Tokio es una izakaya centenaria donde no hay menú en inglés, lo que inicialmente me aterrorizó. Mi estrategia: usar Google Lens para traducir y apuntar a lo que comían en mesas vecinas exclamando "¡Kore kudasai!" (¡Esto, por favor!).
Esta táctica me llevó a descubrir:
El momento más auténtico: Un señor japonés de negocios en la mesa de al lado me ofreció probar su nihonshu (sake) y terminamos comparando diferentes variedades mientras él me explicaba las diferencias entre sake caliente y frío. ¡No hablaba casi nada de inglés y yo cero japonés, pero el SAKE fue nuestro idioma universal!
Los "depachika" son los pisos de alimentación en los sótanos de grandes almacenes japoneses, y son LITERALMENTE EL CIELO EN LA TIERRA. Imagina el área gourmet más lujosa que hayas visto... ¡y multiplícala por MIL!
Takashimaya en Shinjuku tiene un depachika que me hizo babear por dos horas seguidas. Las muestras gratuitas son TAN GENEROSAS que puedes básicamente almorzar probando un poquito aquí y allá (aunque no es muy educado hacerlo descaradamente 😅).
Lo que no puedes perderte:
Hack presupuestario: Visita los depachika 30-60 minutos antes del cierre cuando muchos productos frescos del día se venden con 30-50% DE DESCUENTO. Compré un sashimi deluxe que normalmente costaba 3,800 yenes por solo 1,900 ($14) y fue la mejor cena de hotel EVER.
Los restaurantes de sushi de cinta transportadora (kaitenzushi) son súper divertidos y mucho más accesibles que los sitios exclusivos. Genki Sushi en Shibuya lleva esto al siguiente nivel: ¡pides desde una tablet y tu comida llega EN UN TRENECITO DIRECTAMENTE A TU MESA! 🚂
Su sistema está en varios idiomas y cada plato cuesta desde 100 yenes ($0.75), así que puedes probar MUCHAS variedades distintas sin arruinarte. Mi TikTok del trenecito entregando mi unagi (anguila) se volvió viral porque mi reacción de emoción fue comparable a la de una niña de 5 años 😂
Advertencia honesta: La calidad no es comparable a lugares tradicionales, pero la EXPERIENCIA es imbatible, especialmente si viajas con amigos o niños.
Como intolerante parcial a la lactosa (sí, me como ese helado y luego sufro LAS CONSECUENCIAS), investigué bastante sobre cómo manejar restricciones alimentarias en Japón.
La realidad: El concepto de alergias alimentarias e intolerancias no está tan extendido como en Occidente. Para los japoneses, rechazar comida puede parecer ofensivo, así que hay que manejarlo con delicadeza.
Solución práctica: Lleva tarjetas de alergia en japonés (las puedes imprimir online) que expliquen exactamente tus restricciones. Mi amiga celíaca llevaba una que decía específicamente "Tengo una enfermedad, no es que no me guste" y funcionó perfectamente.
Buena noticia para los intolerantes a la lactosa: La cocina tradicional japonesa usa poquísimos lácteos. ¡Es básicamente un paraíso para nosotros! (Excepto por los postres occidentalizados, claro).
Si eres como yo y tu lema es "probaré ABSOLUTAMENTE TODO una vez", Tokio tiene experiencias culinarias que pondrán a prueba tus límites:
El fugu (pez globo) contiene toxinas letales si no se prepara correctamente. Los chefs necesitan AÑOS de entrenamiento y licencias especiales para poder servirlo.
Visité Torafugu-tei en Ginza donde pedí el curso completo que incluye sashimi, fugu frito, y hot pot con fugu. ¿El veredicto? El sabor es sorprendentemente sutil y la textura única, pero honestamente, la emoción de saber que estás comiendo algo potencialmente mortal es la mitad de la gracia 😱
Momento de pánico: Sentí un ligero hormigueo en los labios después del sashimi (que es normal por una toxina no letal que dejan a propósito) y CASI LLAMO A EMERGENCIAS hasta que el camarero me aseguró que era parte de la experiencia.
Esto NO es sobre la calidad de la comida (que es mediocre), sino sobre la EXPERIENCIA COMPLETA. Ubicado en Shinjuku, este lugar es una LOCURA absoluta con robots gigantes, bailarines, luces cegadoras y una energía caótica imposible de describir.
La comida es básicamente bento box simple, pero nadie va por eso. La entrada cuesta alrededor de 8,000 yenes ($60) pero VALE CADA YEN por las historias y videos que tendrás después.
Consejo honesto: Come antes o después. Ve solo por el espectáculo y quizás una cerveza.
Los japoneses tienen una relación con los dulces COMPLETAMENTE diferente a la occidental. Sus postres son generalmente menos dulces, con texturas fascinantes y presentaciones IMPECABLES:
El té verde matcha está en TODAS PARTES y descubrí que me encanta en postres aunque no me gusta como té (¿a alguien más le pasa?). Tsujiri en Ginza tiene el parfait de matcha más fotogénico e increíble que he probado, con capas de helado, gelatina, mochi, azuki (frijoles dulces) y crema batida.
Momento instagrameable: El soft serve (helado suave) de matcha en cono negro de Suzukien es TAN INTENSO visualmente que mi foto consiguió más likes que cualquier paisaje de Tokio.
Estos dulces de arroz glutinoso rellenos son una EXPERIENCIA TEXTURAL. Nakatanidou en Asakusa hace demostraciones de "mochi martilleado" donde dos personas golpean la masa de arroz a velocidades VERTIGINOSAS - ¡casi me da algo del susto la primera vez que lo vi!
Sus daifuku (mochi relleno de pasta de judías dulces) recién hechos son TAN suaves que prácticamente se derriten. La combinación de la masa exterior elástica con el interior suave es ADICTIVA.
Descubrimiento personal: Los mochi helados son MI NUEVA OBSESIÓN. La marca 7-11 (sí, del convenience store) tiene unos de fruta que compré CADA NOCHE como ritual antes de dormir.
Los konbini (7-Eleven, Lawson, FamilyMart) son INSTITUCIONES CULTURALES en Japón, no simples tiendas de conveniencia. La calidad de su comida preparada es INCOMPARABLE con nada occidental.
Mi rutina de desayuno: Onigiri (bolas de arroz rellenas) de salmón + café en lata caliente por menos de 500 yenes ($3.75). DESAYUNO PERFECTO.
Lo mejor de los konbini:
Consejo de oro: Los productos se reponen varias veces al día, así que siempre hay algo fresco disponible, incluso a las 3AM.
Tokio tiene LITERALMENTE una máquina expendedora por cada 23 habitantes. Están en todas partes y venden ABSOLUTAMENTE DE TODO.
Mi favorita fue una máquina que vendía sopas calientes en lata. Presionas un botón y ¡sale una lata CALIENTE lista para beber! Encontré una de corn potage (crema de maíz) que fue mi salvación después de una noche larga.
El hallazgo más raro: Una máquina que vendía huevos crudos. SÍ, HUEVOS CRUDOS INDIVIDUALES. Nunca descubrí para qué los compraba la gente, pero esa máquina siempre estaba casi vacía, así que ALGUIEN los estaba comprando 🤷♀️
Mi japonés es INEXISTENTE, pero estas frases me salvaron la vida:
App imprescindible: Google Translate con el japonés descargado para uso offline. Su función de cámara que traduce en tiempo real fue CRUCIAL para descifrar menús.
Tokio es un PARAÍSO GASTRONÓMICO que va MUCHO más allá del sushi. La diversidad de sabores, técnicas y experiencias culinarias es simplemente ABRUMADORA y estoy 100% segura de que, incluso después de dos semanas comiendo sin parar, apenas rasqué la superficie.
Mi mejor consejo: ve con hambre, curiosidad y disposición para probar ABSOLUTAMENTE TODO. Los sabores más increíbles a veces están en los lugares más insospechados, como ese puesto diminuto de gyoza que encontré a las 2AM donde el chef tenía más de 70 años y hacía cada dumpling A MANO.
¿Han estado en Tokio? ¿Qué comida les voló la mente? ¿O qué les da más curiosidad probar? ¡Cuéntenme en los comentarios! ¡Y si usan alguno de mis consejos en su viaje, etiquétenme en sus fotos! Vivo vicariamente a través de sus aventuras gastronómicas cuando no estoy viajando 😍🍜✨
¡Itadakimasu! (¡Buen provecho!)